me siento llena y vacía a la vez,
tus brazos rodean mi cintura mínima y me miras mientras me hago la dormida.
Se callan mis ideologías, se enmudecen nuestras guerras,
se acaban las criticas a la sociedad y nuestro mundo se construye de utopias entre nuestras manos,
mis lapices tirados, mi croquera llena de bosquejos,
nuestra mirada perdida entre nuestros ojos,
nuestra voz perdida en los susurros de una mañana escondida en nuestra piel,
mi cuerpo lleno de sed,
mi cabeza perdida en un lugar extraño en que solo existes tu , en donde la razón pierde la verdad, donde lo empírico es tan solo una ilusión haciéndome olvidar el positivismo,
me quedo pegada en la conciencia de tu existencia, en el sentir que tu existes,
siento que el resto por un momento se puede ir a la cresta.
Las criticas perdidas, los ensayos mal escritos, las voces ahogadas en rabia y temor, no valen la pena, no valen la pena existir dentro de este momento.
La música se vuelve en un momento vivo de nuestras pasiones sinceras, de nuestro invierno abrigado, peleado, luchado,
la guitarra golpeada, la voz agitada, la sensibilidad se convierte nota y toca nuestra piel,
tu beso me pide silencio y me recuerda que Amelie no existe, que las ideologías son una deformación de las ideas y que Marx era un economista, que Gramsci lo encarcelaron y que Foucault murió de sida, finalmente el epoche no se logra, ya que estamos coartados por la sociedad, la cultura y la subjetiva realidad,
la conciencia, aun no la defino bien y no sirvo para definir,
me quedo detenida en el tiempo, elimino lo aprendido y solo sigo lo que siento en ti, te complemento en nuestro silencio.
La mañana se termina de azomar por la ventana,
yo y mis ideologías,
tu y tus pasiones desenfrenadas, insistencia simbólica, lucha peculiar,
nuestra vida es luchar para vivir sin consignas mas que nosotros.
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